26.9.05

Sin noticias de Gurb

(...)
07.00 Decido salir a buscar a Gurb.
(...)
08.00 Me naturalizo en lugar denominado Diagonal-Paseo de Gracia. Soy arrollado por autobús número 17 Barceloneta-Vall D'Hebrón. Debo recuperar la cabeza, que ha salido rodando de resultas de la colisión. Operación dificultada por la afluencia de vehículos.
08.01 Arrollado por un Opel Corsa.
08.02 Arrollado por una furgoneta de reparto.
08.03 Arrollado por un taxi.
08.04 Recupero la cabeza y la lavo en una fuente pública situada a pocos metros del lugar de la colisión. Aprovecho la ocasión para analizar la composición del agua: hidrógeno, oxígeno y caca.
(...)


Esta obra maestra de Eduardo Mendoza casi no requiere de ninguna presentación, pero no podía dejar de estar aquí. Para quien no conozca el argumento, tan sólo diré que trata sobre dos extraterrestres que aterrizan en las cercanías de la Barcelona preolímpica (ríanse ustedes de cómo está el tráfico en Madrid), que uno de los dos desaparece y el otro decide salir en su búsqueda. ¿Chorra?. No; es que yo no tendré jamás tanto arte como esta dichosa obra.
Es uno de los escasos libros que me gusta releer de vez en cuando (al menos una vez al año), y que siempre me hace reír. Reconozco que tengo un gran defecto como lectora; cuando un autor me engancha, tiendo a leer sus libros del tirón, hasta que me he empapado de su arte o saturado de su estilo. Fué una gran injusticia conocer así a Eduardo Mendoza, puesto que sus otros libros, igualmente buenos (aunque tal vez no tan brillantes), quedaban empañados por el recuerdo de este.
Es gracioso y fino, con un humor absurdo y un lenguaje preciso, ligero y, tal vez precisamente por eso, chocante.
Es un Must de mi literatura, un libro que jamás me cansaré de regalar.

El ocho

(...) - Shanin -dijo pensativamente Charlot-, ¿por qué se ha enfadado el general Bonaparte por lo que he dicho? Todo era verdad.
Shanin permaneció un instante en silencio.
- Imagina que estuvieses en un bosque oscuro donde no pudieses ver nada -dijo después-. Tu único compañero es un buho... que puede ver mucho mejor que tú porque está preparado para la oscuridad. Ésa es la visión que tú tienes... la del buho... que te permite ver más adelante mientras los otros se mueven en la oscuridad. Si estuvieras en el lugar de ellos, ¿no tendrías miedo?
-Quizás... -asmitió Charlot-. ¡Pero no me enfadaría con el buho si me advirtiera que estoy a punto de caer a un pozo!
Shanin lo miró un momento, con una sonrisa desacostumbrada en los labios. Por último, habló:
- Poseer algo que no tienen los otros siempre es difícil... y en ocasiones peligroso -dijo-. A veces es mejor dejarlos en la oscuridad.(...)


Si alguien creía que todas las críticas que se iban a escribir aquí debían ser forzosamente halagüeñas, está a punto de descubrir que no es así. Y es que, a decir verdad, este libro no me ha gustado.
Sí, bien, es una novela de aventurillas (como también lo era El Código Da Vinci), pero este es, además, pretencioso y lento. Junta la historia europea moderna con las primeras leyes matemáticas, con la física y la superstición, todo en una trama familiar pseudo-endogámica, en escenarios que van desde Manhattan a Argel, pasando por París y San Petersburgo. Demasiado ampuloso y flemático pero, sobre todo, con demasiadas ambiciones mal resueltas para tratarse de un pasatiempo.
A veces soy demasiado cabezota, y no soporto dejar libros a medias. Pero, si os fiáis algo de mi criterio, os aseguro que tenéis cosas mejores con las que pasar el tiempo, con todos los respetos del mundo a un Best-Seller mundial y a su público.