29.4.06

Dune

(...) ... y el misterio de la vida no es un problema que hay que resolver, sino una realidad que hay que experimentar. (...)

Hace un par de meses que terminé este libro, y ahora acabo de ver la película. Mi consejo, señores y señoras, es que opten por el soporte en celulosa... Impresa.
El libro es una sutil y compleja trama de intrigas, acción y reflexiones. Sobre las costumbres, sobre la importancia de las cosas, sobre el poder y sobre el miedo. El miedo a no ser nadie o a ser alguien. El miedo a la vida y a la muerte.
Es un libro sugerente, con una mitología propia y una trama fabulosamente lograda. Cautivador, intrigante, seductor y vibrante.
Que sí, la peli es entretenida, pero el libro es magistral.

25.11.05

Cien años de soledad

(...) El coronel Aureliano Buendía era el único habitante de la casa que no seguía viendo al potente anciano agobiado por medio siglo de intemperie. "Saluda a tu padre", le dijo Úrsula. Él se detuvo un instante frente al castaño, y una vez más comprobó que tampoco aquel espacio vacío le suscitaba ningún afecto.
-¿Qué dice? -preguntó.
-Está muy triste -contestó Úrsula- porque cree que te vas a morir.
-Dígale -sonrió el coronel- que uno no se muere cuando debe, sino cuando puede.
(...)


Supongo que muchos de los ex-escolares españoles han tenido que leer esta obra en el cole. Yo no. El caso es que es uno de los muchos libros que tenía en mi lista de pendientes, y lo abordé con muchas ganas.
Para quien no lo haya leído, en él se describe la historia de la família Buendía en el pueblo de Macondo durante varias generaciones. Es un entretejido de historias de personas, de visicitudes, de casos extraños, de bandazos políticos y amores furtivos. Supongo que como la historia que podría relatar cada uno si pudiera echar un vistazo atrás en la historia de su propia familia.
Gabriel García Marquez retrata la vida y las pasiones de los personajes sin cuestionarles, tratándoles como personas con toda su complejidad y riqueza. Eso hace que el libro transmita la vividez y la frescura de la vida cotidiana, por lo que no cuesta sobreponerse al follón de nombres y relaciones que el autor nos expone.
¿Qué más decir?... Para abordarlo con tranquilidad, recomiendo un árbol genealógico y no perder de vista los kleenex.

19.10.05

The curious incident of the dog in the night-time

(...) All the other children at my school are stupid. Except I'm not meant to call them stupid, even though this is what they are. I'm meant to say that they have learning difficulties because learning to speak french or understanding Relativity is difficult, and also everyone has special needs, like father who has to carry a little packet of artificial sweetening with him to put in his cofee to stop him get fat, or Mrs Peters who wears a beige-coloured hearing aid, or Siobhan who has glasses so thik that they give you a headhache if you borrow them, and none of these people are Special Needs, even if they have special needs. (...)


Hace tiempo leí algo sobre el síndrome de Asperger. Se trata un caso relacionado con el autismo, y sucede que la persona que lo padece es incapaz de reconocer o expresar emociones. Suena duro, ¿no?. Yo juraría que lo es.
Imaginad que vuestra mente funciona a velocidad vertiginosa, que no podéis entender a la gente y que la gente no puede entenderos (pocos hacen si quiera el esfuerzo de intentarlo), que os repele el contacto físico con otras personas, que necesitáis tener las cosas extraordinariamente controladas para no sumiros en un contínuo ataque de pánico. Este es el personaje de Cristopher Boone, el protagonista.
Este libro intenta reflejar la realidad de un chico de 15 años con el síndrome de Asperger, su visión del mundo y de la vida cotidiana, la forma en cómo ve y cómo siente, el miedo, la incredulidad, el vértigo, la impotencia... tanto la suya como la de quienes la rodean. Es un curso acelerado de empatía, de comprensión y de respeto.
La historia que se narra queda entretejida con cosas que el protagonista explica porque van rondando por su cabeza, lo que ayuda a entender por qué el doctor Asperger les bautizó como "pequeños maestros".
Sí, me lo he leído en inglés, y si tenéis un mínimo conocimiento del idioma, os recomiendo que hagáis lo mismo. Creo que el lenguaje empleado es sencillo y claro, y refuerza la visión de conjunto de una capacidad de razonamiento privilegiada en la mente de un niño.
Es una historia frágil y bella, a la vez que dura. Tan complejo como los límites de la mente humana. Tan real como la vida misma.

26.9.05

Sin noticias de Gurb

(...)
07.00 Decido salir a buscar a Gurb.
(...)
08.00 Me naturalizo en lugar denominado Diagonal-Paseo de Gracia. Soy arrollado por autobús número 17 Barceloneta-Vall D'Hebrón. Debo recuperar la cabeza, que ha salido rodando de resultas de la colisión. Operación dificultada por la afluencia de vehículos.
08.01 Arrollado por un Opel Corsa.
08.02 Arrollado por una furgoneta de reparto.
08.03 Arrollado por un taxi.
08.04 Recupero la cabeza y la lavo en una fuente pública situada a pocos metros del lugar de la colisión. Aprovecho la ocasión para analizar la composición del agua: hidrógeno, oxígeno y caca.
(...)


Esta obra maestra de Eduardo Mendoza casi no requiere de ninguna presentación, pero no podía dejar de estar aquí. Para quien no conozca el argumento, tan sólo diré que trata sobre dos extraterrestres que aterrizan en las cercanías de la Barcelona preolímpica (ríanse ustedes de cómo está el tráfico en Madrid), que uno de los dos desaparece y el otro decide salir en su búsqueda. ¿Chorra?. No; es que yo no tendré jamás tanto arte como esta dichosa obra.
Es uno de los escasos libros que me gusta releer de vez en cuando (al menos una vez al año), y que siempre me hace reír. Reconozco que tengo un gran defecto como lectora; cuando un autor me engancha, tiendo a leer sus libros del tirón, hasta que me he empapado de su arte o saturado de su estilo. Fué una gran injusticia conocer así a Eduardo Mendoza, puesto que sus otros libros, igualmente buenos (aunque tal vez no tan brillantes), quedaban empañados por el recuerdo de este.
Es gracioso y fino, con un humor absurdo y un lenguaje preciso, ligero y, tal vez precisamente por eso, chocante.
Es un Must de mi literatura, un libro que jamás me cansaré de regalar.

El ocho

(...) - Shanin -dijo pensativamente Charlot-, ¿por qué se ha enfadado el general Bonaparte por lo que he dicho? Todo era verdad.
Shanin permaneció un instante en silencio.
- Imagina que estuvieses en un bosque oscuro donde no pudieses ver nada -dijo después-. Tu único compañero es un buho... que puede ver mucho mejor que tú porque está preparado para la oscuridad. Ésa es la visión que tú tienes... la del buho... que te permite ver más adelante mientras los otros se mueven en la oscuridad. Si estuvieras en el lugar de ellos, ¿no tendrías miedo?
-Quizás... -asmitió Charlot-. ¡Pero no me enfadaría con el buho si me advirtiera que estoy a punto de caer a un pozo!
Shanin lo miró un momento, con una sonrisa desacostumbrada en los labios. Por último, habló:
- Poseer algo que no tienen los otros siempre es difícil... y en ocasiones peligroso -dijo-. A veces es mejor dejarlos en la oscuridad.(...)


Si alguien creía que todas las críticas que se iban a escribir aquí debían ser forzosamente halagüeñas, está a punto de descubrir que no es así. Y es que, a decir verdad, este libro no me ha gustado.
Sí, bien, es una novela de aventurillas (como también lo era El Código Da Vinci), pero este es, además, pretencioso y lento. Junta la historia europea moderna con las primeras leyes matemáticas, con la física y la superstición, todo en una trama familiar pseudo-endogámica, en escenarios que van desde Manhattan a Argel, pasando por París y San Petersburgo. Demasiado ampuloso y flemático pero, sobre todo, con demasiadas ambiciones mal resueltas para tratarse de un pasatiempo.
A veces soy demasiado cabezota, y no soporto dejar libros a medias. Pero, si os fiáis algo de mi criterio, os aseguro que tenéis cosas mejores con las que pasar el tiempo, con todos los respetos del mundo a un Best-Seller mundial y a su público.

26.8.05

La llamada de Cthulhu

No hay en el mundo fortuna mayor, creo, que la incapacidad de la mente humana para relacionar entre sí todo lo que hay en ella. Vivimos en una isla de plácida ignorancia, rodeados por los negros mares de lo infinito, y no es nuestro destino emprender largos viajes. Las ciencias, que siguen sus caminos propios, no han causado mucho daño hasta ahora; pero algún día la unión de esos disociados conocimientos nos abrirá a la realidad, y a la endeble posición que en ella ocupamos, perspetivas tan terribles que enloqueceremos ante la revelación, o huiremos de esa funesta luz, refugiándonos en la seguridad y la paz de una nueva edad de las tinieblas. (...)

Siempre he creído que los libros de fantasía y ciencia ficción tienen una función importantísima; mantener viva nuestra imaginación y creatividad. Las novelas no-fantásticas nos ponen en situaciones verosímiles o fáciles de imaginar, pero luego existe un universo de historias llenas de vampiros, elfos, mutantes y otras criaturas fantásticas que activan aquél resorte que todos tenemos y que dá rienda suelta a la fantasía, a la valentía y a los temores más íntimos del niño que cada uno llevamos dentro.
Dentro del mundo de la fantasía acostumbra a tener más éxito lo más oscuro, siniestro, misterioso y, sobretodo, lo más malo y lo más poderoso (cabría preguntarse por qué) y, sinceramente, si releo los adjetivos de la frase anterior, lo primero que viene a mi mente es "Lovecraft".
Este autor ha sido capaz de crear una mitología que puede poner los pelos de punta aún tanto tiempo después de haber sido escrita, creando leyendas que han calado en la sociedad de una manera asombrosa (la de gente que cree firmemente en la existencia del Necronomicón). Sus descripciones son increíblemente ricas, muy visuales, aunque deja mucha cancha a la imaginación del lector. Evidentemente, con tales características, en sus historias se ha basado uno de los más populares juegos de Rol del mundo. Los relatos de Lovecraft son una de mis llaves favoritas para refugiarme en un mundo imposible, que queda tan sólo al alcance de mi imaginación.

24.8.05

Cara a cara con la vida, la mente y el universo

(...)
Eugene Chudnovsky - (...) La manera más sencilla de imaginar un átomo es como electrones que giran alrededor de un núcleo, igual que los satélites giran alrededor de la Tierra. Los electrones tienen carga eléctrica negativa, es decir que repelen a otros electrones. Por tanto cuando nos estrechamos las manos o tocamos algo, los electrones de mi mano son repelidos por los electrones del otro cuerpo, y es por esta razón que mi mano no puede, realmente, atravesar tu cuerpo, porque se ve rechazada por los otros electrones.
Eduard Punset - De lo contrario se nos tragaría el suelo. (...)
E.Ch. - Es absolutamente correcto. Los electrones del suelo repelen los electrones de nuestros zapatos y por eso andamos, como has dicho, sobre una nuve de elctrones.
(...)


Eduard Punset debe ser una persona muy interesante. Después de conocer algo de su biografía y obra tengo la impresión de que es lo más parecido a un filántropo que ronda hoy en día por el mundo. Me resulta entrañable por su capacidad de parecer siempre sorprendido y fascinado ante todo, y por su curiosidad aparentemente inagotable. Debo confesarme adicta a Redes. "Cara a cara con la vida, la mente y el universo" era, pues, una apuesta segura. Mi gran alegría fué ir a buscarlo y encontrarlo agotado en varias librerías, hasta que pude hacerme con un ejemplar de la sexta edición. ¿No es maravilloso? ¡Un montón de gente leyendo un libro de divulgación científica!
Para una persona como yo, que ha descubierto una vocación tardía por las ciencias, es una interesantísima oportunidad de poder disfrutar con calma de la transcripción de algunas de las entrevistas más interesantes del programa Redes. En varios capítulos (con títulos de lo más sugerente) biólogos, físicos, psicólogos o antropólogos, dan unas pocas pero ricas pinceladas sobre distintas disciplinas, dilemas o certezas mientras conversan con Punset, prácticamente con la misma distensión y simpleza de palabras que dos conocidos charlando sobre la actualidad frente a un café.
Desde mi punto de vista es un libro ideal para picar la curiosidad de cualquier persona con inquietudes, a parte de haber significado un paso importante en la divulgación científica entre la gente de la calle (cosa que, en mi opinión, hace mucha falta).

22.8.05

Un viejo que leía historias de amor

(...)
Jose Antonio Bolívar sabía leer, pero no escribir.
A lo sumo, conseguía garrapatear su nombre cuando debía firmar algún papel oficial, por ejemplo en época de elecciones, pero como tales sucesos ocurrían muy esporádicamente casi lo había olvidado.
Leía muy lentamente, juntando las sílabas, murmurándolas a media voz como si las paladeara, y al tener dominada la palabra entera la repetía de un viaje. Luego hacía lo mismo con la frase completa, y de esa manera se apropiaba de los sentimientos e ideas plasmados en las páginas.
Cuando un pasaje le agradaba especialmente lo repetía muchas veces, todas las que estimara necesarias para descubrir cuán hermoso podía ser también el lenguaje humano.
(...)


Nunca he sido muy amiga de sensiblería, pero de vez en cuando me derrito con pequeñas joyas como ésta. Es un libro casi cruelmente breve (la edición que yo he leído es del círculo de lectores y cuenta sólo con 151 páginas) que narra la historia de un hombre desde la perspectiva de su senectud en la selva ecuatoriana. Cuenta la historia desde el recuerdo dulce y nostálgico, con palabras de lo más común, pero deliberadamente elegidas y colocadas con mimo, con tanta naturalidad que a veces me he parado en medio de la naración para intentar averiguar si sería capaz de encontrar una palabra más adecuada para un determinado contexto. Creo que huelga decir que he sido totalmente incapaz de hacerlo. Supongo que esa cualidad puede deberse a que el autor, Luís Sepúlveda, es además un galardonado poeta.